Los retos de una nueva administración y el futuro del sector de juegos de suerte y azar

La historia institucional del sector de juegos en Colombia ha sido desalentadora, pues en cerca de 25 años han existido 3 empresas administradoras del monopolio y dos de ellas han sido liquidadas por temas de ineficiencia en la generación de recursos para la salud y corrupción.

Hoy casi 5 años de haberse creado Coljuegos y 4 de haber iniciado operaciones, los retos para consolidar un sector rezagado frente a la operación mundial de juegos y estigmatizado por otros sectores económicos siguen vigentes y con mayores exigencias para quienes ejercen la titánica tarea liderar el futuro de los juegos en Colombia. 

La tarea de sacar adelante una nueva entidad no es fácil, y menos cuando se toma una operación en curso totalmente dispersa a nivel institucional y operacional como consecuencia de las administraciones de las entidades liquidadas y de las que asumieron algunos de los roles, en la etapa de transición a la nueva institucionalidad. Debemos reconocer que esta nueva institucionalidad y en particular esta nueva administración está comprometida con el sector y por seguir contribuyendo en su crecimiento. 

Uno de los principales cambios dados en la creación de Coljuegos es la facultad regulatoria, la cual se constituye en una herramienta importante a la hora de construir sector.  Con esta potestad regulatoria, la entidad tiene en sus manos el poder de cambiar el rumbo de la actividad de juegos, pues dependiendo de las decisiones que adopte, se puede lograr consolidar el sector de juegos en Colombia y hacerlo crecer de manera sostenible en el tiempo, logrando así el incremento de las rentas para la salud; o por el contrario podría generar un aletargamiento de la actividad y una crisis de viabilidad de la operación.

Es por esto, que en este escrito nos centraremos en lo que consideramos uno de los retos determinantes en este momento para la entidad, esto es, en cómo regular la operación de juegos de suerte y azar por internet de manera tal que sea atractiva para inversionistas nacionales y extranjeros y sostenible en el tiempo, con el objeto de incrementar las rentas para la salud.

Este reto, encuentra varios obstáculos que deben ser tenidos en cuenta por la entidad al momento de regular. El primero de ellos, obedece a las barreras de tipo legal, como lo son el régimen tarifario, las condiciones de operación establecidos en la Ley 643 de 2001 y los impuestos con los que se grava tanto la operación de juegos como al jugador, convirtiéndose así, las normas legales en una camisa de fuerza que impiden que la actividad crezca tanto en ingresos como en penetración del mercado.

Los juegos de suerte y azar, vencieron las fronteras territoriales por el uso de las tecnologías, lo cual hace que la competencia en la oferta de juegos no se dé solo sobre nacionales, tal y como ocurre con los juegos operados por internet. En este marco de competencia, los esquemas fiscales que imponen las leyes colombianas, hacen que el mercado legal Colombiano no sea atractivo, ni para el jugador ni para el operador. Respecto al ámbito del jugador, observamos que éste pierde interés cuando el valor de su apuesta se ve afectado por el IVA y luego el pago del premio si es mayor a 48 UVT se afecta también con la retención en la fuente, deducciones estas que no suceden si se juega en otras páginas de internet que operan juegos a nivel mundial. Y respecto al operador, se encuentra que la imposición de una tarifa adicional por concepto de derechos de explotación, hacen poco atractiva la operación.

En este sentido, Coljuegos en el proceso de reglamentación debe en primera instancia revisar las disposiciones de orden legal, que no son de su competencia, pero que inciden de manera directa en la explotación de juegos, con el fin de establecer frente a estas desventajas competitivas, cuáles decisiones permitirían contrarrestar las mismas y hacer atractivo y rentable el juego para el tercero que lo explote.

Lo anterior, le permite establecer cuáles prácticas internacionales son o no viables para adoptar en la operación en Colombia. No considerar la situación fiscal regulada en Colombia al momento de introducir en la regulación experiencias de otros países, conlleva como resultado necesario, la inviabilidad de operar esos juegos, o la inviabilidad de la operación cuando se trate de profundización de nuevos juegos o nuevos esquemas de operación.

Otro de los retos que tiene el ente regulador, es el relacionado con los avances de la tecnología y el uso de la misma en los sistemas de apuestas, pues tal y como sucede en casi todas las actividades comerciales, la regulación va siempre atrás de los avances tecnológicos, lo cual sin duda, genera un vacío o zona “gris” sobre la cual resulta necesario ahondar.

Esta brecha entre la regulación y los avances tecnológicos cada vez es más profunda y requiere de una respuesta por parte del Estado, donde permita la competitividad de los operadores legales, la viabilidad de la actividad en el marco de la tecnología y aplicaciones y la incorporación de esos nuevos adelantos a la explotación actual del monopolio. Lograr esto implica, una inversión en conocimiento del sector y de las nuevas tendencias de juego a nivel internacional, así como el mejoramiento en la infraestructura tecnológica del ente administrador del monopolio que le permita controlar y administrar el sectory además requiere de una revisión normativa que no sea restrictiva frente a estas formas de apuestas y de operación.

Por último, encontramos que la regulación debe velar porque la actividad de juegos sea sostenible, esto implica que la regulación permita generar: i) Seguridad jurídica a los inversionistas con la reglamentación de nuevos juegos; ii) Condiciones de inversión y crecimiento de los inversionistas; iii) Oportunidades de negocio rentables para el Estado y para el inversionista; iv) Mirar el sector con una proyección a largo plazo y v) Estabilidad en el ejercicio de la actividad.

La experiencia actual indica que las medidas adoptadas en materia de regulación y tecnología, no van de la mano de un proyecto de sector sostenible en el tiempo, por lo que el ejercicio de la actividad se ve en riesgo por la imposibilidad de operar bajo las condiciones impositivas y técnicas actuales. El esfuerzo de regulación realizado hasta ahora para nuevos juegos, no encuentra un resultado favorable que permita concluir que existe una mayor oferta real de juegos (hay juegos que no están siendo explotados) y por ende una mayor recaudación de recursos para la Salud.

Es importante que el ente regulador logre evaluar que una visión cortoplacista del sector y de la explotación de juegos al momento de regular, se convierte en un arma para el mismo monopolio y el interés general, y por ello, la regulación debe expedirse de tal manera que permita mostrar resultados sostenibles en el largo plazo.

Las expectativas de una nueva institucionalidad, conlleva implícitamente el compromiso de sus líderes, de  construir realidades diferentes a las de sus antecesoras, que le permitan crecer como entidad y como cabeza de un sector en desarrollo con gran capacidad de generar valor.

Superar los retos y llevar a otro nivel la actividad de juegos, requiere de un ejercicio de sinceridad, escucha y desprendimiento de prejuicios, que permitan a los líderes del ente regulador tomar decisiones en pro de este sector, del cual todos vivimos. Aún estamos a tiempo de hacer de este sector, uno de los más representativos e importantes de la economía del país!.

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